La provincia de Soria está situada en la actualidad en buena parte del territorio que poblaron los pueblos celtíberos hace cientos de años. En la entrada de hoy os vamos a mostrar una de las rutas más apasionantes que existen y que además nos permite descubrir los secretos de nuestras raíces.

Las ciudades que resistieron a Roma

Sabemos de la existencia de enclaves celtíberos gracias a los escritos conservados por parte de los historiadores clásicos, que hacen alusión a la conquista romana de la zona. El control del Alto Duero comenzó con las Guerras Celtibéricas (153-133 a.C.), donde tuvieron una importancia decisiva los arévacos, pertenecientes a las ciudades de Numancia, que encabezaron la resistencia junto a Uxama y Termes.

Numancia

Numancia se asentó sobre un cerro que domina todo el valle del Duero, incluidos los ríos Tera y Merdancho. A sus pies se encuentra el pueblo medieval de Garray, a tan solo 7 kilómetros de Soria, que posee una impresionante ermita románica conocida como Los Mártires. Durante los 20 años que duró la guerra contra Roma, esta ciudad se mantuvo firme gracias a sus murallas de más de 9 kilómetros, que cercaban todo el perímetro.

Finalmente, después de 11 meses de asedio ininterrumpido la ciudad quedó asolada por el hambre y terminó cayendo. Desde entonces, la resistencia numantina es sinónimo de la lucha de un pueblo por su libertad y de la victoria del débil contra el fuerte.

Paseando por Numancia

En su época, la ciudad estuvo defendida por murallas y torreones, aunque en la actualidad lo que se conserva es el tramo romano posterior al siglo I, formado por distintos edificios, calles y aceras de piedra, así como pasaderas para cruzar y evitar mancharse. Aun hoy en día se pueden apreciar los aljibes excavados en la roca para recoger el agua de la lluvia y se han reconstruido dos casas, una celtíbera y otra romana, que nos permiten ver cómo vivían ambas culturas hace más de 2.000 años.

Uxama

Esta villa de origen celtibero fue declarada zona arqueológica en 1931. Se encuentra situada muy cerca del Alto del Castro y en épocas del Imperio Romano fue un centro neurálgico de suma importancia que conectaba Asturica con Cesaraugusta. El yacimiento destaca por la presencia de una cisterna semicircular que abastecía de agua a la población, excelentemente conservada y que data de principios de nuestra era. También recomendamos la visita de la Casa de los Plintos, una construcción de época de Claudio y los restos de las calzadas romanas.

Tiermes

Nuestra ruta celtíbera, que conmemora la resistencia de este pueblo ante el invasor romano, acaba en la localidad de Tiermes, que a diferencia de la anterior tuvo que esperar hasta 1999 para que fuera declarada zona arqueológica. En esta zona se encuentran restos de distintos asentamientos desde el siglo IV a.C. hasta el V d.C., que corresponde a la época celtibérica, la romana y la medieval. En Montejo de Tiermes tenemos el Museo Monográfico, que cuenta con una amplia colección de armas, cerámicas y monedas de estas tres culturas.